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martes, 7 de junio de 2016

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Los últimos años han visto los bosques de Alaska y América del Norte en humo con creciente frecuencia. Esta situación fue uno de los resultados previstos de un clima más cálido, ya que las temperaturas crecientes vuelven partes del estado en un barril de pólvora. Sin embargo, el fuerte repunte en los incendios forestales de los últimos años ya no es un efecto secundario del cambio climático, afirman los investigadores , ahora es una fuerza impulsora.
La contribución de los árboles en llamas y el suelo de los bosques boreales - que almacenan grandes cantidades de carbono - con el cambio climático es, según los investigadores, un tema que ha recibido preocupante poca atención. El informe , compilado por el US Geological Survey , espectáculos cómo esta última temporada en Alaska ha alterado gravemente el equilibrio entre el secuestro de carbono y la liberación dentro del ecosistema del norte.
La importancia de la tierra de Alaska en la estabilización del clima no puede ser subestimada. Mientras que su superficie terrestre sólo se destina el 18 por ciento de los EE.UU., el permafrost congelado y los bosques boreales contienen aproximadamente el 53 por ciento de carbono de la nación, y se cree que absorben alrededor de 3,7 millones de toneladas  (4,1 millones de toneladas) de la materia cada año. Y con el calentamiento del Ártico y el norte lejano al doble de la velocidad que el resto del planeta, esto tiene el potencial de causar daños graves e impulsar el cambio climático aún más.
"El carbono almacenado en los ecosistemas de latitudes altas se considera más vulnerable que el carbono secuestrado en los ecosistemas en la zona templada", explica Virginia Burkett, director asociado para el cambio climático y uso del suelo en el Servicio Geológico de Estados Unidos ", ya que las temperaturas medias se prevé que aumenten más rápido en las regiones boreales y árticas durante el resto del siglo.Esta nueva evaluación revela específicamente cómo las pérdidas de carbono del suelo en Alaska son amplificadas por los incendios forestales, que han aumentado en tamaño y frecuencia con el clima del Ártico calentamiento ".
Los incendios que quemaron su paso por el estado el año pasado destruyeron más de 20.200 kilómetros cuadrados  (7.800 millas cuadradas) de bosque, por lo que es una de las peores temporadas de incendios forestales del estado jamás registrados. Pero no es sólo la quema de los árboles que preocupa a los expertos. Permafrost cubre alrededor del 80 por ciento del fondo en Alaska, y se mantiene dentro de las reservas masivas de metano. Cuando el suelo se descongela, se libera a la atmósfera de este, lo que agrava aún más la situación. El informe tiene como objetivo establecer una línea de base para la región, para que los futuros impactos del cambio climático se puede medir en contra de su estado actual. 
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